Llevo la mitad de mi vida viajando y por momentos se
me hace imposible seguir un orden de mis relatos, por esa razón, sepan disculpar
este salto que me lleva a Centro América para entregarles una presentación
recién sacada del horno.
Agosto del año 2011, estoy llegando con el alba en
un vuelo desde Denver, Estados Unidos y al pasar disfruto de la vista de la
ciudad portuaria de Puntarenas todavía iluminada cuando el capitán nos pide que
nos abrochemos los cinturones para comenzar el descenso. Veo en pantalla
delante de mi asiento que faltan solo 100 kilómetros. El tiempo transcurre
deprisa y algunos minutos más tarde aterrizamos en: “San José de Costa Rica”,
que está ubicada sobre una meseta rodeada de hermosas montañas. Yo había estado
aquí hace mucho tiempo y, entonces, no tardo en descubrir que ya no es aquella
urbe preciosa que había conocido. Recuerdo que fui uno de los últimos viajeros que
utilizó el tren de San José a Limón porque ese mismo 1989, un accidente puso
punto final el servicio que había comenzado a funcionar en 1891. Para todos
pasan los años y en mi caso creo me estoy haciendo viejo que cargando mi
mochila.
En rojo está marcado el recorrido de mi primer viaje en el año 1899 y en negro está marcado el recorrido de mi segundo viaje en el año 2011
En rojo está marcado el recorrido de mi primer viaje en el año 1899 y en negro está marcado el recorrido de mi segundo viaje en el año 2011
Esta vez empiezo el recorrido por el lado del
Pacífico. Después de una semana de permanencia
en San José me llevo un buen recuerdo del Teatro Nacional, La Escuela de
Lata y otros edificios capaces de alumbrar el alma. Además, para echarle leña
al fuego del comentario voy a destacar un sitio de juerga de nombre El Hotel
del Rey. Este establecimiento que sabe hacer honor a su nombre hace que todos
los hombres que cruzan el umbral de ingreso con dinero, esto último es muy
importante, se sientan reyes. Personalmente en la casa de los sueños no hay
reinas porque las mujeres —colombianas, nicaragüenses, dominicanas y también de
la tierra— que llegan aquí vienen a buscarse la vida. En todo momento las
muchachas superan de forma holgada el centenar y con claridad se ve que llegan aquí
después de mala fortuna en el sorteo de la vida. Las hay bonitas, viejas,
gordas, demasiado flacas, feas y peor todavía. Muchas ya no están para trabajar
y mucho menos en este tipo de faena pero gracias a su presencia esta casa con
dos mesas de ruleta, tres bares y algunas tragaperras se convierte en un teatro
que presenta una hermosa comedia.
Vista del increíble edificio al que llaman " La Escuela de Lata" |
Costa Rica es otro ejemplo donde el paso del tiempo,
en lugar de favorecer al progreso, perjudica. Está situación es muy común en la
mayoría de los países de América latina. Ahora además de pedir disculpas quiero
dejar claro que no estoy aquí para hablar mal de este sitio, patrón de una
flora y fauna extraordinaria y poblado con gente maravillosa. De todas maneras,
siento que tengo una responsabilidad con quienes me leen y por esa razón como
de costumbre por penoso que sea voy a escribir lo que piense de lo que vea.
Playa de Jaco |
Rumbo al Norte, hago un alto en la playa de Jaco y
descubro otro lugar venido a menos donde solo falta un letrero que diga: “Se
vende”, colgado del palo del único semáforo porque el resto está en venta. Y yo
pienso: ¿Quién lo va a comprar si no hay nadie? Dicen que es un lugar de surf,
y hay tablas por todos lados, pero viendo a los que practican este deporte
dejar la playa haciendo puchero y luego escuchar sus comentarios te enteras que
no hay ni una sola ola buena. Uno me dijo: ”Yo vengo todos los días y en todo
el año te aseguro que no junto más de 40 minutos parado arriba de la tabla.”
El sitio no arropa mis pretensiones y sin perder el
buen ánimo después de una corta estancia sigo camino.
Puntarenas tiene una silueta maravillosa que penetra
en el golfo de Nicoya. Utilizo el transbordador para cruzar hacia la península del
mismo nombre y, entonces, la visita me entrega los primeros buenos paisajes. “Vísteme
despacio que estoy apurado”, ya van a llegar otros iguales o superiores. Me
llama la atención la cantidad de troncos a la deriva, algunos tienen formas
extrañas y flotan de tal manera que me recuerdan la leyenda del Monstruo del
Lago Ness. ¿Y si esta es la respuesta al misterio legendario de Escocia? Me
hago esta pregunta mientras estoy apoyado en la barandilla de cubierta del
barco siguiendo la imagen de un madero gigante que se mueve con gracia sobre el
agua.
Hoy es un día de suerte, alguien frotó la lámpara y el genio nos concede
un espectáculo de pelícanos que con sus vuelos rasantes sobre el Pacífico nos
deleitan durante todo el viaje. Es una jornada maravillosa y no importa que el
genio haya regresado a la lámpara porque del otro lado nos espera la diosa
Naturaleza con su vestido de gala.
Pelícano |
Los pasajeros salimos del puerto y, además, de
algunos taxis y un autobús pequeño no hay nada. Somos muchos y por miedo de
quedarnos sin sitio todos subimos a bordo. Después de acomodarnos, algunos extranjeros
se dan cuenta del fallo, se vuelven a poner de pie y en estado desesperado
comienzan a preguntar hacia dónde va el transporte. Por suerte hay una sola
dirección que nos viene bien a todos. Otro guion humorístico presenta al
conductor que se detiene frente a una pequeña calle mal asfaltada que termina a
la orilla del mar y dice: “Aeropuerto de Tambor”, cuando el sitio en realidad
tiene toda la pinta de una pista clandestina de esas que aparecen en las
películas. Este comentario es solo para salir de la monotonía y de ninguna
manera con la intensión de desprestigiar a la terminal, que no tiene nada de
nada, pero ver el amanecer desde aquí es precioso.
Gallo pinto, plato típico |
Camino hacia el extremo del golfo de Nicoya la
carretera se abre paso en la selva, mientras yo me pregunto: ¿Qué hago por aquí?
Realmente no me entusiasma la idea y a su vez veo como otros que en el medio de
esta nada abrieron centros de Spa y hoteles de lujo difieren de mis gustos.
Santa Teresa, Mal País, Cabuya y Montezuma son
lugares que me sorprenden gratamente por poseer un manojo de playas salvajes en
contacto con una vegetación exótica. Abundan los monos, no faltan los tucanes y
sobre el camino mejorado se han asentado un buen número de extranjeros con
proyectos importantes. Muy bonitos, pero desde mi punto de vista la inversión
injustificada por la poca afluencia de público. De todos modos, cómo van por
aquí los negocios al turista le tiene sin cuidado, con respecto a lo que
realmente al visitante le interesa le digo que la zona por el medio y los elementos
es preciosa. Además, hay buenas olas y un eslogan: “Mucho surf y poca fiesta”.
Paya salvaje de Pacifico |
Ahora que lo vimos y lo disfrutamos seguimos pero
esta vez no vamos a ir para adelante porque hay camino pero su estado no
permite el paso de medios públicos convencionales. Entonces, sin otra solución hay
que regresar para rodear este imprevisto.
Son las 6 a.m. Y un señor falto de charla que
también espera el autobús me comenta que está muy enojado porque el uso del
trasmallo por los barcos camaroneros está acabando con los peses porque al
atraparlos tan pequeños no les dan tiempo a reproducirse.
Él pide que
se prohíba este tipo de pesca, al menos cerca de la costa, y que la ley multe o
encarcele, en caso de que la falta sea grave, a los que utilizan este tipo de
medio depredador del habitad marina. Como no podía ser de otra manera me adhiero
a su cruzada, hago eco de esta urgencia y de otra incluso más necia que va en
contra de la inteligencia humana. Este señor quiere prohibir la fabricación y
venta, en este país y en todos los que sufran el problema, de las gomas para
fabricar hondas porque está cansado de sufrir al ver bandas de mal educados
casando pájaros sin otro motivo que el de matar porque les viene en ganas.
En una
comparación al límite les digo que nos relajamos en la educación de los jóvenes
y por esa razón en América latina la delincuencia nos ahoga. Hoy la situación
se nos fue de las manos y lo mismo pasa con la protección del medioambiente,
las aves tienen una función como la tienen los árboles. ¿Y si los derribamos a
todos quién nos va a dar sombra? El mundo está en peligro y la mayoría mira
hacia otro lado, crece el engaño, la mentira y la hipocresía. ¡Cuánta basura!
Ahí viene mi autobús y quiero
montar ya para cambiar de tema pero en este preciso instante recuerdo
otra situación que de ninguna manera puedo pasar por alto. Otra vez lo siento
Costa Rica porque en tu página han caído los males cuando estos problemas que
no reconocen fronteras son generales.
Pregunta sin respuesta: “¿Cómo el ser humano puede
aniquilar tiburones para vender su aleta?”.
Surf en Tamarindo |
La villa de pescadores de Tamarindo hoy transformada
en la estrella turística del Norte, es mi última parada antes de dejar el
Pacífico con destino al Parque Nacional del volcán el Rincón de la Vieja, cuyo
origen se debe a la explosión simultánea
de varios conos volcánicos que crecieron para formar una sola montaña que
alcanza los 1916 metros sobre el nivel del mar y ocupa 400
kilómetros cuadrados de terreno.
Tiene 9 sitios independientes de actividad volcánica y está activo”. Aquí la Naturaleza es majestuosa y dicen que más arriba las vistas recompensan el esfuerzo de la escalada. Hay otros volcanes en este país de Centro América, pero a mí con esta parada, antes de enlazar con la Costa Atlántica, me basta.
Tiene 9 sitios independientes de actividad volcánica y está activo”. Aquí la Naturaleza es majestuosa y dicen que más arriba las vistas recompensan el esfuerzo de la escalada. Hay otros volcanes en este país de Centro América, pero a mí con esta parada, antes de enlazar con la Costa Atlántica, me basta.
Volcán El Rincón de la vieja |
Si de esta parte del mundo me obligasen a elegir aguas, escogería el Caribe donde llego para visitar un par de puntos. Y como no podía ser de otra manera, el primero es Tortuguero.
Después de cambiar algunos autobuses me toca
coger una lancha para seguir adelante. El hecho de que no se pueda llegar por
carretera al parque hace crecer el sabor de la aventura. Una hora larga
navegando por canales dibujados dentro de un santuario Natural nos hace sentir
dentro de una película. Como si atrás hubiese quedado nuestro planeta y vamos
en busca de un mundo desconocido. Al llegar a la villa de casitas de colores
despierto del sueño pero no salgo del asombro.
Me alojo y voy a ver si tengo la suerte de ver llegar alguna de las tortugas que vienen a depositar sus huevos en la playa. Me presento en el escenario y los actores no fallan... Se termina la tarde, sale la luna y más tarde llega el momento de ir a la cama. Entonces marcho sin prisas satisfecho por haber encontrado lo que buscaba. De todas maneras a todo aquel que viene en camino le digo que cualquiera que llegue hasta aquí dejará el lugar cargado de recuerdos capaces de iluminar el alma.
Hacia el Sur está Limón y más abajo Puerto Viejo de Talamanca; un sitio encantador con playas de palmeras y algunas casas
interesantes construidas de madera. Aquí todavía no llegó el boom de la
construcción, tampoco hay olas para surf, aumenta la población de color, los
bares suenan música reggae y los restaurantes ofrecen comida criolla.
El nacimiento de una tortuga |
Me alojo y voy a ver si tengo la suerte de ver llegar alguna de las tortugas que vienen a depositar sus huevos en la playa. Me presento en el escenario y los actores no fallan... Se termina la tarde, sale la luna y más tarde llega el momento de ir a la cama. Entonces marcho sin prisas satisfecho por haber encontrado lo que buscaba. De todas maneras a todo aquel que viene en camino le digo que cualquiera que llegue hasta aquí dejará el lugar cargado de recuerdos capaces de iluminar el alma.
Playa del Caribe |
Con el canto del gallo me pongo en marcha.
Hoy Costa Rica me va a decir: “Adiós” y Panamá: “Buenos Días”.
Ahora mientras recojo información para el próximo reportaje ustedes pueden ver las imágenes del tren desaparecido o seguir los enlaces que agrego al final donde aparecen enumerados los sitios declarados Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en Costa Rica.
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