Kenia

Debe su nombre al Monte Kenia, la segunda montaña más alta de África solo por detrás del Kilimanjaro, en la vecina Tanzania. Kenia, es conocida por su biodiversidad y por su gran variedad de ecosistemas.

En el país vamos a encontrar sabanas, la costa con el océano Índico, los bosques de las regiones centrales y las montañas del occidente.
Su gente y los parques nacionales donde abundan animales hacen a este país uno de los más atractivos de África.

Desde su capital partieron dos de mis viajes. El primero: hacia en oeste, a través de Rwanda y Uganda para llegar al Zaire hoy República Democrática del Congo, donde disfruté viendo a los gorilas viviendo en su habitad natural.

El segundo: a través de Tanzania, Malawi y Zambia para llegar a Zimbawe.
En este mismo blog voy a hablar de todos estos lugares, pero vamos por partes, entonces, permitan que termine con Kenia, antes de seguir adelante.

Hay lugares en el mundo que uno se debe escapar por temor a no poder marchar de allí nunca más, pues eso mismo me ocurrió en la capital.


Junto a otros lugares del país esta ciudad es escenario de mi primer libro: “Sex Safari”.
Este es el lugar más animado de África, y esa razón hace que empiece la casa por el techo. La ciudad posee bares de moda donde podemos beber las primeras copas y conocer gente. Más tarde; no importa el día de la semana que sea, abren varias discotecas. Estos locales, además, de no tener nada que envidiar a sus pares europeos, están siempre repletos. Por fortuna, los blancos no necesitan hacer fila para entrar.

El turista que se sumerge en la noche de Nairobi dispuesto a gastar un poco de su dinero se lo va a pasar de maravillas, de todas maneras recuerden, no alejarse de las zonas concurridas y para cualquier movimiento usen un servicio de taxi. 
Esto que les recomiendo, en esta ciudad nunca lo puse en práctica, pero es muy conveniente. Para cerrar, agrego que en Nairobi si no son racistas cada noche se cumplirán todos vuestros sueños.

Para cenar, y probar algo diferente les recomiendo visitar el restaurante vecino al Parque Nacional de Nairobi, que se surte en forma selectiva de la superpoblación de la reserva. 

A continuación, agrego un extracto de mi libro por si alguien quiere saber más del sitio. Y lo distingo con color por si alguien prefiere evitarlo.

La bebida llegó de la mano de un camarero quien la sirvió con soltura, mientras sus colegas dejaron sobre la mesa ensaladas de la casa, un poco de pan del lugar y una gran salsera de metal, giratoria, con tres niveles que albergaban treinta pequeños contenedores de porcelana, cada uno correspondiente a un tipo de salsa distinta. Abrieron la velada con un brindis, satisfechos posaron las copas; ella comenzó a recorrer a golpe de ojo el sitio y cuando llegó a un gran fogón profundizó su atención. Tenía un par de metros de diámetro, cargaba abundante leña gruesa en el centro y había numerosas espadas que atravesaban grandes piezas de carne expuestas al fuego. De repente con el sonar de una campana dieron la orden y, entonces, un grupo de camareros recogieron los hierros con la carne salvaje cocida a las brasas y comenzaron a desfilar por las mesas preguntando: «¿Les apetece probar…?», y daban el nombre del animal que se aprestaban a servir.
Cada vez que venía aceptada la oferta, aquellos que usaban con destreza el cuchillo fileteaban la carne que caía sobre el plato y recomendaban su salsa. Probaron la cebra, el ñu, algunos puercos salvajes, el avestruz y la carne blanca de cocodrilo, esta última sin duda la más sabrosa de todas.
En realidad, a esta pareja de europeos, el cocodrilo les pareció la menos mala de comer, en caso de que estén muriendo de hambre y no haya otra cosa con que alimentarse.
La carne salvaje tiene un sabor muy fuerte por eso lo de las salsas —dijo él que continuó—. Entiendo que no te guste, y a mí tampoco me agrada; porque nuestros paladares no están acostumbrados a comer estas cosas. De todas maneras, la comida debe ser excelente porque el local tiene más de doscientas plazas y siempre se presenta muy difícil conseguir una reserva.

Imágenes de un safari en Kenia

La WWF divide Kenia en 10 ecorregiones, que pueden seguir a través de los siguientes enlaces.
El norte
  1. Pradera y matorral xerófilos masáis (en el norte)
  2. Sabana arbustiva de Somalia (en el nordeste)
  3. Sabana arbustiva de Kenia (en el oeste y sur)
  4. Mosaico de selva y sabana de la cuenca del lago Victoria (en el extremo oeste)
  5. Sabana arbustiva de Tanzania (en el suroeste)
  6. Selva costera de Zanzíbar (a lo largo de la costa)
  7. Manglar de África oriental (en varios enclaves de la costa)
  8. Selva montana de África oriental (en las montañas del oeste y el centro)
  9. Páramo montano de África oriental (en las zonas más altas de las montañas del centro)
  10. Selva del Arco Oriental del Rift (en las montañas del sur)
Aquí nació la palabra: “Safari”, que en lengua swahili significa "viaje". Quiero aclarar que en un Safari no necesariamente se casan animales.

Visitar las sabanas, ver su abundancia de vida silvestre y gozar de puestas de sol inolvidables son la esencia de un viaje por esta parte de África, donde vamos a encontrar: Jirafas, leones, cebras, rinocerontes y todos los animales que vimos en documentales, porque aquí están todos y no se esconden. Vamos y los vemos, así funciona.

Massai

Hay más cosas; el Gran Valle del Rift, con sus lagos de soda y flamencos, subir al monte Kenia o cuando es la época ir a ver como los animales que llegan en busca de pastos, cruzan con mayor o menor suerte el río Mara infectado de cocodrilos. 

Es interesante ir a ver las tribus de los cazadores Maasai o encontrar a los swahili, que habitan las regiones costeras y su cultura está estrechamente ligada al océano.
                                     Swahili

Hablando de Parques Nacionales; el Parque Nacional de Nairobi es muy interesante y si van a visitar la reserva de Massai Mara, les recomiendo estirar un poco el paseo y entrar a Tanzania para visitar el Parque Nacional de Serengueti dentro del inmenso cráter del Norongoro. De este sitio voy a hablar en la presentación de Tanzania.

Para muchos la costa es el mayor atractivo de Keniaplayas de arena blanca, islas tropicales y como información les comento que muchas parejas optan por pasar su luna de miel en este paraíso tranquilo. 

Yo nunca había armado una carpa y, además, pienso que en regiones de clima tropical, si no va a llover, para qué voy a tomarme el trabajo.
Durante el viajé desde Nairobi a Mombasa, nos toco pasar la noche en un paraje, éramos unos pocos, los otros armaron sus carpas y yo colgué mi hamaca entre dos árboles que se hacia mucho tiempo habían despuntado junto a un arroyo. Tenía una bolsa de dormir de seda para impedir que coman los mosquitos y la noche pasó tranquila. Recuerdo que haber dormido cómodo fue motivo de alegría, pero escuchar el canto de las aves, como nunca antes lo había hecho, fue “bombones para el alma con sabor eterno”.



En aquellos tiempos y cálculo que nada ha cambiado la ciudad tenía pocos atractivos, los campamentos estaban lejos del cono urbano y salir era peligroso. Por todas estas razones, el lugar, para mi gusto, un poco aburrido. 

Por fortuna; entre los monos que esperaban cada mañana con paciencia al vendedor de fruta para sorprender y robar, con gracia y astucia, las frutas que compraban los turistas novatos, y los indios que venían a vender chafalonías pasábamos el rato.



Aquí estuve seis largos días esperanto que se arme el grupo para emprender el segundo de los viajes que les comenté anteriormente y que van a poder ir siguiendo a través de los enlaces.


Mapa que muestra mi recorrido por el este de África


Este de África

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