Laos

La República Democrática Popular de Laos nos ofrece la posibilidad de coger el visado en el momento de ingreso, entonces, haciendo uso de esta oportunidad dejamos Camboya para penetrar por el extremo sur de un país que se abre después de décadas. Este extenso periodo de aislamiento, por el sistema y las sucesivas guerras, hizo que persistan las costumbres de antaño en un ambiente relajado con una Naturaleza que roza la virginidad. Se dice que este trozo de tierra sin salida al mar destaca por lo económico que resulta para el venido de lejos, y la amabilidad de su gente. No hay duda que así sea pero desde mi punto de vista están muy lejos de ser los primeros de la clase.

Respirando el aire puro de un sitio distinto donde las carreteras son agradables y el tráfico poco intenso hacemos camino hacia nuestro primer destino.


4000 ISLAS


El Mekong es uno de mis ríos favoritos y en un sitio conocido como: “Four Thousand Island”, despliega todo su esplendor para formar un paisaje maravilloso. 

Fauna de la zona
Abandonamos el mini-bus para coger una barca de motor que nos va a llevar a Don Kong. Esta isla principal está unida por un antiguo puente a otra, no menos importante, de nombre Don Khone.
La barca va completa y no se muestra segura para tanto peso, además preocupa que su motor tenga tan poca fuerza para enfrentar una corriente mimética pero constante y potente. ¡Por fin cruzamos!
Entre el marrón del agua, y el verde de los árboles, comienzan a despuntar los colores de las primeras casas. Momentos como estos bañan el espíritu y acunan el alma.




Cuando uno que conoce más de 160 países —y que ya, prácticamente, no se sorprende de nada de lo que pueda ver, o lo que suceda, en su mundo— toma más de trescientas fotografías en un solo día garantiza la valía del sitio. Aguas que descubrir y tierra, donde se asienta una larga variedad de oferta de alojamiento y lugares de comida, para recorrer. Un lugar donde el tiempo viaja más lento, los animales domésticos o de corral caminan con la gente, y junto a quienes atienden sus jardines otros labran el campo. Por si todo eso no fuese suficiente a un paseo de distancia se encuentran las majestuosas cataratas de Liphi seguidas del cañón del mismo nombre. Amanecer y atardecer junto al río cuando el sol nace o se desvanece son la guinda de un postre exquisito. Entre las actividades  más importantes destaca la pesca, el ciclismo rural, los paseos en canoa y  la visita a las piletas naturales del Mekong donde podemos encontrar insólitos delfines de agua dulce, (especie en peligro de extinción sí el hombre sigue contaminando su habitad). Cuando el sol se va a la cama el dinamismo desciende y solo unos pocos locales permanecen abiertos con una minúscula presencia de extranjeros bebiendo. 

Me retiro feliz por lo que he visto y ya en mi cabaña acomodo mis huesos en una hamaca; no hay estrellas pero el reflejo de la luna viene hacia mí sobre el agua. Otro gran momento que debido a la gran variedad y volumen de insectos, me veo obligado a interrumpir para buscar refugio debajo del mosquitero que cubre la cama de cuarto. Escribiendo estas líneas busco ganar el sueño y cuando lo consigo no puedo poner el punto definitivo sin antes contar esta curiosidad tan valiosa como el oro y más brillante que un diamante: “Siento un movimiento, me giro, la veo y me miraba como diciendo: ‘No me preocupa tu presencia pero quiero que sepas que el cuarto me pertenece’. Era marrón de pintas blancas y lucía preciosa, se ubicó en el centro de la cama, se lavó como acostumbran las gatas y cuando terminó se acomodó para dormir. Después de lo visto no me quedó otra posibilidad que ocupar un espacio en uno de los lados, además, estaba fresco y ella no soltaba la manta. Su atrevimiento y compañía compensaron el sacrificio de una noche, por la mañana me levante, fui a desayunar y cuando regresé seguía allí y dormía, instantes más tarde los ruidos característicos de uno que está por partir hicieron que abra los ojos y se desperece luciendo estirones. Salía y mi vista la buscó para decirle adiós pero ella en la cama ya no estaba porque me esperaba escaleras abajo para venir conmigo hasta el puerto donde me hizo compañía hasta el momento que subí a la barca”. Joyas de la vida.


Champasak

Un poco más adelante sin dejar el río en el margen oeste encontramos la ciudad que fuera sede del Reino de Champasak, un estado independiente abolido por los franceses en 1945, cuando se creó el Reino de Laos. Hoy en día la ciudad es, tan solo, un par de hileras de casas que hacen camino hacia el templo Vat Phou, Patrimonio de la Humanidad y único objetivo de nuestra visita.

Desde aquí viajaremos a Pakse antigua capital del reino, antes mencionado, hoy capital provincial y centro de operaciones de viajeros que recorren Laos o buscan enlazar con estados limítrofes.
El país se presenta en forma longitudinal norte sur y quien como nosotros quiere unir los extremos es justo que no evite la capital, faltndo a la exactitud podemos decir que se encuentra en el centro.


Vientián, capital
Yo que tuve la suerte y vi este sitio cuando no era más que un par de calles junto al río, la avenida, el Arco del Triunfo, algunos templos y edificios gubernativos, hoy a mi regreso aprovecho este medio para congratular a sus habitantes por ser los unicos responsables de tan buenos  logros. De manera contradictictoria, la capital en sí, no refleja lo que un sediento de aventuras desea ver y por esa razón se transforma en un sitio de paso que solo logra retener a los viajeros que esperan algún visado o a aquellos que qedan atrapados en las pequeñas pero atractivas redes que despliega la vida nocturna.


Bon appétit             
Aquí como en el resto de países que forman la península de Indochina el arte culinario es espectacular y muy variado, viajando hacia uno de sus extremos, sí somos capaces de hacernos con el coraje necesario, podemos degustar gusanos de seda, grillos, saltamontes, cien-pies y cucarachas.



"Quienes los han provado no se arrepienten de haberlo hecho." 

En mi caso solo les puedo garantizar que el licor de escorpión negro, además de tener fama de potenciar al individuo, su sabor es aceptable.


Haciendo camino

Cuando atrás quedó la capital, las montañas carentes de valles, por donde se pueda circular con gracia el autobús, y momentos de mal tiempo, hicieron que empleáramos 12 horas para recorrer 350 kilómetros. Viajamos de día y vimos una vez más como los campesinos cocinan con fuego de leña y para el huso cotidiano utilizan el agua de lluvia.
Habitaciones precarias se suceden a lo largo de todo el camino y la abundancia de pescado, en las casas de comida, nos indica la proximidad del río. El verde trepa las alturas, se mezcla con el blanco de las nubes y más arriba encuentra el celeste del cielo mientras el Sol, en uno de sus días caprichosos, de a ratos nos obsequia su arcoíris. ¡Qué belleza!



Luang Prabang

El enclave que fuera capital del Reino de Lang Xang y más tarde la primera capital de Laos, se encuentra en una región muy boscosa rodeado por el siempre presente Mekong y, uno de sus afluentes,  el 
río  Nam Khan. Aquí, como en contados lugares, un monte despunta desde el corazón urbanizado para mostrarnos cuan bonito son los alrededores de sus dominios. Subimos y como ya nos anticipaba  la vista encontramos que el sitio está coronado con una pagoda dorada que forma parte de un pequeño templo de nombre Wat That Chomsi, componente del grupo de   símbolos espirituales más importantes del país. Desde los cuatro puntos cardinales el panorama es estupendo. Después del gozo, aferrados al conocimiento de la distribución de la ciudad, descendemos para iniciar el paseo. 
Más de 50 templos, muchos de ellos extraordinarios y una buena cantidad de antiguos edificios de estilo francés, hicieron que la Unesco le declarase Patrimonio de la Humanidad en 1995.
La paz reina en la ciudad que se destaca por el silencioso ir y venir de sus monjes vestidos color azafrán. La arquitectura es exquisita y los interiores sublimes. Las tiendas son escenarios de cine y tanto en estas como en la famosa feria nocturna se pueden conseguir piezas importantes y suvenires a buen mercado.
Los alrededores nos ofrecen cuevas, cascadas y aldeas de tribus autóctonas. Las actividades más destacadas son los paseos en elefante, el senderismo y los tours en bicicleta.
 
Fiel a mi estilo: “Siempre para adelante”, llegué desde Camboya y me voy por China. Hasta nuestro Próximo encuentro, ya sea sobre la carretera o a lomo de mis letras.

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