Aquí hay mucha gente guapa de etnias distintas y los jóvenes están muy preparados pero la sociedad aparece dividida en dos grupos bien definidos: por un lado están los que todavía parecen vivir bajo el régimen soviético y por el otro los que se adaptaron al cambio y se
muestran europeos.
Contento de estar aquí comienzo mi
recorrido por Riga capital de este país báltico y de inmediato me veo
sorprendido por un buen puñado de edificios antiguos transformados de manera
magistral en hoteles de lujo, tiendas, cafeterías o casas de comida.
El centro
de la ciudad posee detalles muy bellos y es Patrimonio de la Humanidad por la
UNESCO.
Quién me sigue sabe que al igual que todo francotirador cuando tengo la oportunidad me gusta subir a algún sitio para reconocer el terreno.
Ginta Lapina un rostro de Letonia
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La
torre de la catedral de San Pedro, de 137 metros de altura, culminada con una
gran veleta coronada con la figura de un gallo sobre una esfera me iba a
otorgar ese privilegio. Aquí escuché que el gallo simboliza custodia, vigilancia
y representa la luz porque canta con la salida del sol. ¡Qué hermoso!
Desde
las alturas observé la distribución de una ciudad que, ubicada a uno y otro
lado del río Daugava, se extiende hasta las orillas del mar Báltico. Subí de
prisa porque sabía que al bajar me estaría esperando. Hablo del magnífico órgano
de la catedral que cuenta con unos 7000 tubos y representa a uno de los instrumentos
más importantes con los que cuenta el hombre.
Una curiosidad que me regaló una alegría |
Un
paseo por Riga es un regalo para el alma. Así seguí mi itinerario; visité la puerta
de Suecia; la Iglesia de San Juan, que era un antiguo monasterio
dominico construido en el siglo XIV y la Iglesia católica de San Jacobo que
se construyó en 1126 en estilo gótico. El jardín
Viestura es una visita obligada porque allí Pedro el Grande, fundador de
la ciudad, plantó el primer árbol. La puerta de Alejandro, conmemora la
victoria rusa sobre el ejército de Napoleón; mientras que a finales del siglo
XVIII, Catalina II construyó la Iglesia de Pedro y Pablo al norte del
castillo. Las casas mercantiles de la Edad Media y los 24 almacenes del
barrio antiguo son también piezas ejemplares de la arquitectura letona. La
residencia de Pedro I tuvo que ser reconstruida totalmente. (Les recuerdo que
está ciudad sufrió un durísimo castigo durante la guerra)
Rumbo al
norte los pinares llegan al mar y solo un manto de arena fina los separa de la
playa. Si en invierno el paisaje es precioso calculo que en primavera es
sublime.
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