***** Las Vegas (Un mundo en nuestras manos) *****

Casi cuarenta millones de visitantes al año que se dejan aproximadamente un billón de dólares mensuales, alimentan este monstruo insaciable nacido del vientre de cuatro casas junto a una estación de ferrocarril, aquella misma, que un siglo atrás abastecía de agua, víveres y carbón a los trenes que unían la Costa Atlántica con su par del Pacífico. Y el Norte frío al cálido Sur. A pesar de que muchos de los treinta hoteles más grandes y lujosos del mundo son huéspedes de la ciudad, que brilla en el Desierto de Nevada, sus tarifas son sustancialmente más agradables que en otro sitio de los Estados Unidos. 
Es que aquí el flujo de dinero entra por el tubo del juego que empieza a chupar desde muy cerca de los aviones que llegan a la ciudad porque las máquinas tragamonedas invaden toda la terminal aérea. Las hay instaladas por todos los sitios, incluso en las salas de embarque para que la gente juegue mientras aguarda el avión y los más desesperados al bajar del aparato.
Capilla para bodas
Las tragaperras como las llaman los españoles son más de ciento cincuenta mil en la ciudad que celebra más de ciento treinta mil matrimonios al año; los pequeños edificios donde se celebran las bodas están abiertos las veinticuatro horas y si los contrayentes se presentan sin sus respectivos testimonios, allí mismo los pueden contratar
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Et transporte desde y hacia el aeropuerto es muy sencillo pero en la ciudad es más fácil y más rápido contratar una chica de alquiler que un coche de tarifa. De todos modos hay un servicio de autobús que recorre el Boulevard e incluso conecta, esta zona, con la Vieja las Vegas.
“Lo que pasa en Las Vegas no sale de Las Vegas.” 
Bajo este eslogan crece y crece, la ciudad que lo controla todo. Un sinnúmero de cámaras vigila al visitante de forma tal que es posible, entre comillas, filmarle en forma ininterrumpida hasta que cierre la puerta del cuarto de su hotel.


 "Bienvenidos a Las Vegas”

En el mapa aparece pintado  de color celeste el Estado de Nevada, mientras que  el círculo blanco punteado en rojo indica la ubicación geográfica de  Las Vegas

Aquí se suceden las curiosidades y no es extraño ver en las interminables recepciones batallones de ágiles empleados que atienden con premura y aun así la fila para registrarse es pesada y el cliente por lo general debe esperar. Este tipo de situaciones se considera normal en complejos de entre mil y cinco mil habitaciones.



El presupuesto de los grandes casinos en algunos repartos es ilimitado y la seguridad privada supera, en medios y números, a la propia Policía. No queda detalle al azar; en estos sitios incluso monitorean las matrículas de cada automóvil que ingresa al parking y un programa informático las compara con la lista de vehículos buscados por el FBI. Con tanto dinero fresco circulando es lógico que esté lleno de maleantes intentando aprovecharse. Digamos que es un juego paralelo donde los casinos pueden perder mucho más que el puñado de dólares de la partida porque el golpe de un ladrón hiere el orgullo de la casa y desprestigia el lugar. De todos modos están muy bien preparados, son sumamente eficaces en lo que hacen y los bandidos al máximo pueden lograr colar alguna ficha falsa, una carta de crédito clonada y poco más. Solo el cine ha sido capaz de dar golpes importantes en Las Vegas y no es atrevido afirmar que los grandes hoteles están mejor vigilados que el mismo Pentágono.

La romántica metrópoli europea bañada por el río Sena tiene su par insignia en el Desierto de Nevada y como no podía ser de otra manera está ubicada sobre el Strip, así se llama al boulevard de Las Vegas que a su paso acaricia los grandes resort que se dan cita en el lugar. Impresionante a primera vista, sobre todo para todos aquellos que conocen París. El complejo es capaz de revivir siglos de historia de la ciudad que representa. En la misma entrada un globo azul de grandes dimensiones iluminado desde su interior presenta guardas horizontales y franjas verticales amarillas que no impiden que letras en relieve con bordes color rosa y centro blanco escriban la palabra: “París”. Aquí como en la misma capital francesa se respira el perfume del pan recién hecho y el café molido al momento. Por razones de espacio: “El Arco del Triunfo”, se encuentra frente a la fachada de la Gare de Lyon y como no podía ser de otra manera en primera línea está ella: “La Torre Eiffel” construida a media escala de la real sin dejar detalles al azar. Subir a la torre por su ascensor de vidrio y ver la ciudad iluminada es un gusto para los ojos y una caricia para el corazón. Imponente hacia la cima, osada y prepotente por debajo donde tres de sus patas de forma curiosa irrumpen dentro del salón que alberga el casino. El complejo presenta exquisitos restaurantes capaces de embellecer el alma y perfumar el espíritu de comensales privilegiados. En sitios de estos no hay pausa para salir del camino de la sorpresa y edificios de dos plantas,  como los que a principio del siglo pasado formaban la esencia de la capital, se levantan a uno y otro lado de la callecita empedrada que recorre  la zona de compras.

“París-París.
París en Europa.
París aquí”

Al complejo no le falta nada y en su calle de luces rojas muchachas hermosas de talento abundante se muestran acelerando corazones en un endiablado varieté. La sala del París, al igual que la de otros complejos, es capaz de hacer cualquier suma de dinero corta, pero con el día no tiene el mismo éxito porque el hombre con astucia dibujó el cielo celeste y blanco en el techo para que la jornada allí dentro sea eterna.
Para quien no es jugador Las Vegas tiene reservado un sin número de atracciones y quien juega que Dios le cuide su bolsillo. Es un bonito pasatiempo pero les recuerdo que ganar es incrementar nuestros conocimientos, practicar algún  deporte y llevar una dieta equilibrada, por ejemplo. A propósito, quien lo desee va poder entrenar en las instalaciones que los hoteles ponen a disposición de sus clientes.
Visita a la Stratosphere Tower. Trescientos cincuenta metros de altura para alejar a los pecadores del infierno y acercarles al cielo; es la torre de observación más alta de los Estados Unidos. Yo la describo como un pedestal blanco en forma de energía que sostiene un cilindro vidriado de las características visuales de una torre de control. El ascensor trepa a nueve metros por segundo por el tronco de la caprichosa construcción y los visitantes descienden del aparato en el piso 109 para disfrutar de trescientos sesenta grados de panorama. Recuerdo que allá arriba mi mirada paseó por el largo del Strip, se detuvo en cada uno de los hoteles y continuó por el valle de Las Vegas. La ciudad luce como un oasis colorido enmarcado por un fascinante abanico de tonos suaves: grises delicados, marrones increíbles y rosados que trepan por las montañas y se reúnen con los colores del cielo. Observar el amanecer y el atardecer son verdaderos placeres añadidos en la capital del juego. A los amantes del riesgo sobre la cúpula de la torre les espera los cuatro juegos mecánicos más extremos del mundo.

-X cream: es un juego que se presenta con un cochecito para ocho pasajeros sostenido por una barra que se columpia y cuando lo hace hacia adelante enfila a gran velocidad el vacío dando la sensación de caer. Pero como es lógico, donde termina la vía por donde se desliza finaliza el recorrido y el mismo mecanismo que lo frena, lo levanta, lo echa hacia atrás y lo regresa al punto de partida. Demás está decir que todas estas actividades, solo están destinadas, a personas gustosas de elevar su adrenalina al máximo.

-Insanity ride: es una atracción que cuenta con tres pares de sillas, colgadas por un brazos a la barra principal. Cuando todos los pasajeros están sentados y sujetos; la barra se desplaza, saca las sillas al vacío, comienza a girar y la velocidad que adquiere hace que los asientos de los pasajeros se levanten y se alejen dando la sensación que todo el conjunto vuela como un platillo en el vacío. ¡Dios!

-Big shot: es un vehículo cuadrado que envuelve a una vía, por la que se desliza, y por cada lado tiene cuatro sillas. Un potente golpe de aire comprimido, impulsa al vehículo que trepa por sus carriles a una velocidad de más de sesenta kilómetros por hora y recorre más de setenta metros, por la antena, hasta llegar al cielo de la torre. Después se detiene unos instantes en lo más alto de la ciudad y baja de un soplo hasta el piso 113.
En Las Vegas aunque el día este frío el sol es generoso

El Mandalay Bay hotel casino, (es el último del Strip o el primero si el deseo es empezar el recorrido desde ese lado). Este espectacular edificio de cristal dorado tiene el estilo de moda de la ciudad en donde todos los espacios se completan con arquitecturas muy bellas. Junto al nombrado se levanta imponente otro de los grandes colosos, el hotel y casino Luxor. Distinguido entre distintos, es un increíble edificio piramidal de cuatro lados de más de cien metros de altura revestido de cristales negros y la punta blanca. Cuando el sol se esconde y el cielo se hace oscuro una potente línea de luz blanca parte desde su punto más alto y atraviesa el cielo con la esperanza de que los faraones, en el Paraíso, vean como su imperio desafía el tiempo y se conserva radiante en Las Vegas. Un trozo del antiguo Egipto que ofrece al visitante una atención de faraón. Si echamos un vistazo a nuestro alrededor vamos a comprobar, una vez más, que en toda la zona el presupuesto les tiene sin cuidado; todo se hace a lo bestia, grande, fuerte, hermoso y con el mejor material.
La pirámide por dentro es grandiosa y por los cuatro lados se suceden un sinfín de balcones escalonados que llevan a las habitaciones y ofrecen por toda su extensión la exquisita panorámica del salón central. Cuatro lados y dos curiosos ascensores obligados, por la figura geométrica del edificio, a subir y bajar en diagonal.
En color azul están marcados
los tramos que recorre el mono-riel
Sin salir del hotel podemos coger el mono-raíl: un cómodo y moderno tren aéreo  que nos lleva al siguiente complejo de nombre: "Excalibur". En este resort  las habitaciones están en dos alas que se enfrentan, y entre ambas se levanta un llamativo castillo al estilo de Luis II de Baviera, que funciona como sala de juegos y contiene el resto de atracciones del complejo. 
Hay otros tramos de este tipo de transportes pero  si nos les molesta seguimos a pie. Gracias por venir conmigo. Cuando atrás queda el complejo anterior cruzamos el puente que atraviesa la avenida Tropicana y llegamos al ingreso del: “New York - NewYork”, hotel y casino. Este palacio de entretenimiento construido de reciente permite al visitante saborear la Gran Manzana. En este resort turístico ningún detalle fue sacrificado en el diseño y una representación más fiel de su homónima sería difícil de imaginar.
El Empire State Building, la Estatua de la Libertad, el Puente de Brooklyn y por si todo eso no alcanza para darle un atractivo exterior de Hollywood cuenta con una alocada montaña rusa que gira entre aquel grupo de edificios a más de cien km por hora. En el interior árboles artificiales y riachuelos comparten espacios con las mesas de juego para dar la sensación que el casino está montado en el mismo Central Park. En otro espacio hay un área diseñada al estilo de las calles de Nueva York, incluso con sus típicas alcantarillas, sus letreros y todos los pequeños detalles que hacen a una gran ciudad. Little Italia, el Barrio Chino, Broadway y Time Square, de una manera u otra, todos los sitios emblemáticos están representados en este complejo monumental.
En las Vegas podemos ver medio mundo agrupado en una calle. Abandonamos el New York, cruzamos la línea de tráfico principal y nos encontramos con el hotel Tropicana, uno de los más antiguos y MGM un complejo increíble donde destacan sus leones.
No se sorprendan porque aquí es común que durante el recorrido encontremos a personas haciendo publicidad de muchachas que esperan un llamado del otro lado del teléfono.



Casino Aladdín, el embrujo de la ciudad.
Después del salón de juegos aparece el Desert Passage, y aprovechando la oportunidad nos encaminamos detrás de una pequeña caravana de mercaderes a pie y odaliscas a lomo de camello. ¡Así es Las Vegas! Todo un pueblo de estilo árabe está construido dentro del mismo hotel con la idea de llevar al visitante por las antiguas rutas comerciales, el sur de España, el norte de África y los pueblos costeros del mar Arábigo. Edificios blancos con techos redondeados y atmosfera de bazar. Un sitio increíble donde sobran los detalles. Incluso en un rincón han colocado un barco carguero que simula estar atrapado en un puerto por la niebla producida junto a truenos y tormentas eléctricas por vía artificial de alta tecnología. El lugar es ideal para las compras y la pausa para echar algo al estómago.
Después del Aladdínn  pasamos frente al Ballys y cruzamos otra vez el Strip. Las Vegas, cuán grande es ella, está fresco pero las aguas de la fuente del Bellagio templan el ambiente.
“Las aguas que danzan”, son una combinación perfecta de chorros de agua que emergen del fondo de un lago artificial y despliegan su coreografía al ritmo de música; arte puro que crece cuando oscurece y entran en complicidad las luces que actúan en sintonía. La fuente tiene una colección de interpretaciones dinámicas y cada una de ellas es una expresión única en su género. En el fondo de tan bello espectáculo aparece un edificio dorado en forma de semicírculo que bien puede representar a un hombre que abre los brazos esperando para recoger un sueño. Dentro el hotel alberga el casino y, como todos aquellos grandes complejos, tiene una maravillosa zona de compras.
Siguiendo su ruta, pasamos frente al Caesars Palace, es preferible llamarle así porque con el mismo nombre pero traducido al español hay un hotelucho de mala muerte bastante retirado del Strip. El Caesars, es uno de los complejos pioneros de la nueva era de la ciudad conocido en todo el mundo por ser precursor de las grandes veladas de boxeo en la ciudad. “El Palacio César” y no “El Palacio del César” porque la casa es de los huéspedes donde cada uno de ellos debe sentirse un emperador. La galería de tiendas de este complejo está ambientada en estilo romano e incluye, entre otros monumentos, una réplica de la Fontana Di Trevi.
Más adelante encontramos el complejo The Mirage, que por el frente presenta un lago artificial y junto a las aguas un volcán que cada noche explota demostrando un despliegue impresionante de fuego y sonido. ¡Mirage!, otro de los grandes que se refleja como el oro en cuyo interior presenta cascadas de agua y flora tropical capaz de transportar al visitante al corazón de la selva. En su jardín de secretos un grupo de tigres alegra aún más la vegetación que les rodea mientras en el hábitat de los delfines sus graciosos ejemplares guindan el edén.
Una constante de sorpresas y emociones así es Las Vegas y todo está de un lado u otro del boulevard.
Allí ya podemos ver la torre de plaza San Marcos del complejo Venetian (Venecia). El espíritu romántico de la ciudad de la laguna no podía faltar en esta zona privilegiada de Las Vegas. Es normal que al llegar al puente del Canal Grande se nos ericen los bellos. Quien conoce Venecia puede comprobar lo bien que está representada la ciudad. Dentro del complejo se nota la mano de los mejores. Es como si hubiesen llamado a los diseñadores, camiones de dinero se volcaron frente a ellos y una voz les dijo: “Ahí tienen, dispongan y creen”. 

Las palabras: majestuoso, impresionante, grandioso y demás adjetivos de ese mismo género están obligados a estar presentes en la mente de quienes visitan este paraíso. Con su vestíbulo de piso de mármol y paredes blancas decoradas de rojo y oro, sin exagerar, podemos afirmar que The Venetian es la chica bonita de la fiesta. El complejo tiene en su haber innumerables tesoros como el canal de las tiendas circulado por las típicas góndolas y poblado por excelentes locales que ofrecen ropa de primera marca y cocina italiana.
El tiempo viaja deprisa y los más tempraneros habitantes de las sombras comienzan a dar sus primeros pasos. Cuando la capa de la noche cubre la ciudad, Las Vegas, brilla con luz propia. Es entonces cuando la actividad frenética de los clubes nocturnos, los sitios de espectáculo y los casinos bulle.
Esa gente se prepara para más tarde mientras que nosotros estamos haciendo un recorrido donde el show debe continuar. Por esa razón, seguimos camino hacia el norte y un par de minutos más tarde nos detenemos en medio de la multitud frente al hotel y casino Treasure Island para disfrutar del espectáculo: “Las bravuconas sirenas de la isla del tesoro están listas para simular una lucha con una banda de piratas renegados. Está por comenzar la a actuación en el lago artificial frente al complejo. La oscuridad envuelve las aguas y dos Galeones se encuentran a la espera en ambos extremos de la charca. Comienza la música de suspense y se encienden las luces sobre la nave blanca mientras aparecen las muchachas vestidas de corsarias. Algunas con más y otras con menos ropa, las hay rubias, morenas y son todas preciosas. Después de la belleza: “miedo”, porque los focos iluminan una nave roja y negra de  renegados que se acerca. Las jóvenes lanzan a voces su desafío; ellos replican y la música acompaña; instantes más tarde inicia la escaramuza, ruidos registrados, luces, fuego y humo simulan la batalla. La embarcación blanca se encuentra en dificultad y pierde el mástil pero son valientes, reaccionan, disparan y disparan y afondan a los malvados renegados”. Un sofisticado mecanismo es el responsable de crear un conjunto de efectos especiales que permite presentar, tres veces por día, esta súper producción. Los momentos en Las Vegas son así: “¡Pum...! ¡Pum!” Llegan deprisa, sorprenden, encantan y no terminan porque enlazan un siguiente no menos espectacular.
¿Muchos sitios, verdad? Lo siento si viajo muy rápido es que quiero llevarle a todos. Más adelante se encontró con otro de los favoritos del público: el hotel y casino Wynn. De cinco estrellas, cinco luceros podríamos decir; osado hasta tal extremo que expone un concesionario, Maserati - Ferrari en su interior. La fachada resplandeciente, también está ligeramente arqueada hacia adelante pero ésta, como ninguna otra, deja escapar hacia el cielo un extremo. Un toque personal que lo distingue de los demás. La belleza exterior es tan solo un pequeño anticipo porque para rematar el asombro hay que llegar al interior donde el lujo y la vegetación superan la palabra impresionante. Posee su propia montaña y la charca de nombre: “El Lago de los Sueños”. Sus hermosas cascadas entregan al pasante una brisa fresca para que admire plantas y flores con mayor comodidad. La decoración presenta alfombras floreadas de color damasco y rubí que se combinan con enormes espejos finamente enmarcados, candelabros brillantes, suntuosos faroles y un mobiliario increíble.
Les recuerdo que en la mañana visitamos la Stratosphere, Después fuimos a la otra punta del Strip e hicimos el recorrido regresando. Ahora cuando estamos a un centenar de pasos de nuestro punto de partida pasamos por el complejo  Circus Circus, un mundo de luces que tiene el honor de haber aparecido en dos representaciones del cine. El siguiente es el Sahara casino hotel, un palacio al estilo marroquí con un sin fin de luces y palmeras favorecido entre otras cosas por la serie de televisión que lleva el mismo nombre de la ciudad.  Las Vegas es mucho más que esto, todavía nos queda la parte antigua donde hay una calle de peatones cubierta, casas de regalos y muchas casas de juego más modestas. Además, la ciudad está en constante evolución y en mi reciente visita pude comprobar que varios complejos en vías de desarrollo están muy cerca de entrar en escena.

La noche
Recuerden que lo sucede en Las Vegas no trasciende más allá de los límites de la ciudad.  Artistas de primera línea permanente presentan los mejores espectáculos que existen. Debo acotar que hay un sin número de representaciones de Elvis Presley que cansan sin llegar a manchar la imagen del espectáculo global que sin duda es genial.
Las casas de venta de entradas que están por todos lados les sabrán informar, les adelanto que lo bueno es salado y una oposición más económica es salir a bailar.  
 “En el escenario del planeta todo somos actores y artistas y el arte de ganar dinero es una disciplina con dos caras opuestas pero el centro es de un solo elemento, la capacidad de aprovechar al límite la astucia empequeñeciendo al máximo el riesgo. Por esa razón cuidado con el juego”
Hay sitios para todos los gustos  y no tienen de que preocuparse porque  los relaciones públicas, de los locales, les van a abordar en la calle para pasarle entradas a mejor precio y ellos mismos les van a proveer toda la información necesaria. Les recuerdo que durante el día hay fiestas que se organizan alrededor de una piscina.
El “Bar Coyote”, está dentro del complejo New york - New york y es un buen lugar para pasar el rato. El local de estilo sureño está revestido completamente de madera y destaca una extensa barra ubicada al fondo que recorre todo el ancho del salón. No hay sillas o taburetes y el sitio es concurrido por clientes que llegan atraídos por el show: “Made in Coyote”, el sello que caracteriza a todos los bares de ese tipo. Atractivas cantineras cantan y bailan sobre la barra mientras una de ellas camina por el mueble con dos botellas de tequila en la mano. Juegos en el juego, los clientes interesados dejan un par de dólares sobre el banco de servir y después apoyan la cabeza boca arriba sobre la madera para que la experimentada tequilera que hace malabares con sus botellas, después de pisar el dinero, desde la altura eche un disparo de licor en la boca de su cliente. Las muchachas eran verdaderas artistas y los números aparecen espontáneos y en continuidad.
El Palm, hotel y casino, está de alguna manera ligado al fundador de la revista Playboy, el mismo hombre que abrió el primer Club original con este nombre en Chicago en la década de los sesenta, después la marca desembarcó con sus clubes en muchas ciudades americanas hasta que en los ochenta Playboy cerró su última discoteca y ahora de la mano de su creador original, el Señor Hefner, que al momento tiene ochenta años y tres novias, el club regresa a escena en la vidriera de Las Vegas. Playboy y Moon son dos discotecas que se encuentran, una sobre otra, en los últimos pisos del Palm. En la primera nos vamos a encontrar con un agradable lugar ambientado en estilo retro donde ventanales gigantes ofrecen una panorámica asombrosa de la ciudad y el valle. ¡Qué belleza! Candelabros de cristal, sillones de felpa y las camareras vestidas de conejitas formaban el cuadro. Incluso hay mesas de ruleta dentro de la misma discoteca. Bonita pero no es de mi agrado por esa razón les invito a que me sigan que vamos a subir unos peldaños.
Nos montamos en la escalera mecánica y cuando atrás queda la atmósfera refinada y juguetona de Playboy entramos en el universo de la Torre de Fantasía: “Moon”. Esta discoteca ubicada en el piso 53, crea un ambiente de sueños donde aparece gente guapa de todas las edades. Personas distintas que han vivido tanto que ya no les atrae el presente y salen por ahí a vivir emociones del futuro. Más ventanales y más inquietudes visuales. Afuera el paisaje, dentro la tecnología. Una discoteca más allá de la tierra donde el acero robusto pintado de blanco sostiene la estructura que deslumbra con sus pisos que cambian de color. Sonidos y luces de otro mundo y láseres capaces de perforar a todo aquel que descubra aburrido. En las noches cálidas el techo se abre para mostrar las estrellas y su luna gemela.
Las Vegas, posee otros lugares exquisitos
Uno de mis favoritos es el Voodoo Longe, sobre el Hotel Río, un sitio de tragos y baile que mira desde lo alto las luces de la ciudad; sus vistas son maravillosas.
En el MGM, podemos bailar en el majestuoso Estudio 54, una discoteca con origen neoyorkino que se supo adaptar muy bien a la ciudad.
“Batida o revuelta, de una forma u otra, Las Vegas es sabrosa”. Sin necesidad de salir del MGM podemos pasar por Tabú, un local con estilo que debido a su tamaño puede ser llamado “Boutique.” El sitio tiene toques sofisticados y viene frecuentado por una clientela destacada que recibe una atención exclusiva a cargo de un equipo de modelos que atienden el bar y la sala.

Más fiesta

Aunque el complejo Venetian; con su diseño, sus canales, murales y esculturas mantiene al visitante atrapado en Venecia cuando llega la noche hay una manera de escapar de la ciudad. ¿Cómo hacerlo?
Pues saltando dentro de las alforjas de Marco Polo, aquel veneciano que partió de su tierra y descubrió un camino que unía el Occidente al Oriente que más tarde llamarían: “La Ruta de la Seda”. Si no estuviéramos en este lugar, tal vez, solo una fantasía de ese tipo sería capaz de llevarnos allá. Pero Las Vegas es capaz de ir más allá de tus sueños y dentro del mismo complejo Venetian, alojó dos grandes puertas que conducen al Oriente. La discoteca “Tao”, es la preferida de las estrellas de Hollywood, así también como de los industriales de la música y la televisión. Un sitio con un toque de templo budista; estatuas imponentes y un sinfín de candiles que dan vida a la decoración. En la sala principal hay dos bañeras donde hermosas muchachas suelen tomar un baño en agua perfumada por desarmes de flores de rosas. Además, pétalos frescos de la misma flor salpican de encanto el templo y ponen en contacto al visitante con una agradable sensación natural. Por su parte la cabina del disc-jockey se encuentra, como casi todas, en las alturas con el agregado que la del Tao representa un trono. Algunas personas de forma equivocada interpretan que el rey de la noche es el pincha discos y no es así porque este personaje es un currante cuya función es alegrar a los clientes, únicos y verdaderos “Reyes y Reinas”, de cada lugar.
Podría escribir un libro sobre esto.
En realidad ya lo hice; se llama “Al Límite” y no está en venta porque lo regalo. Si te gusta leer lo puedes pedir en formato e-Book a goodmorningjoe@yahoo.es y desde mi oficina te será enviado de inmediato.



Para una visita básica a la Ciudad del Pecado, sin contar el tiempo que van a permanecer en las salas de juego, hace falta como mínimo tres días, mientras que el periodo ideal, incluyendo los momentos de juego, debería rondar la semana.
¡Qué disfruten y ganen mucho dinero! 
Yo voy a seguir el viaje cuando se cansan de jugar me alcanzan los espero: ¿No lo sé...? ¿Que les parece Miami?

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