Corría
el año 2007 cuando legué a Chisinau, ciudad capital, procedente de Ucrania después
de una breve parada en Transninstria y encontré unos precios por los suelos y gente
muy agradable. Era fin de semana y por la noche entre la vodka y las luces me
hicieron olvidar que el invierno. Estuve en unos locales conociendo gente y fue
realmente hermoso.
El
país es muy pequeño y el paisaje llano presenta un sin número de fábricas
abandonadas como en todo el resto de la ex Unión Soviética. Me estoy esforzando
por destacar algo más de este sitio.
La gente en los pueblos |
Después
de tanto tiempo chocando con el idioma ruso y su alfabeto cirílico fue una
alegría encontrar el moldavo de origen latino y muy parecido al conjunto que
forma la lengua italiana y muchos de sus dialectos que conozco. Esta experiencia
ya la había vivido hace mucho tiempo en Rumanía donde el idioma es el mismo
solo que en Moldavia le llaman moldavo.
Creo que el lugar es tierra de osos pardos porque por desgracia por aquí encontré varios ejemplares embalsamados.
La comida con influencias, turcas, griegas y de otras zonas de Europa es muy sabrosa.
Plato típico moldavo |
Y perdonen por la poca consistencia de esta presentación que para nada les debe
desalentar a la hora de coger la decisión de venir a Moldavia porque cada
uno hace el viaje a su manera y por esa razón no me cabe la menor duda de que aquí todos serán
capaces de ser Rey o Reina de su propio reino.
Ahora yo regreso por donde vine para seguir camino hacia el norte de Europa.
Saludos
y gracias por estar en las buenas y en las malas con mis relatos.
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